Algunos pretenden limitar la actitud que debe tener la población, sólo con respecto a uno u otro candidato en esta segunda vuelta.
Nosotros hemos
sido muy claros, ambos representan los intereses del modelo económico
neoliberal capitalista, este modelo que desde 1990, y más precisamente desde
1993 con la aplicación de la espuria Constitución fujimorista se desataron las
plagas en nuestro país: venta de empresas estratégicas, incremento de la
delincuencia, corrupción, narcotráfico, privatización de empresas de luz,
teléfono, espacio aéreo, puertos, igualmente privatización de la educación
pública y la salud a través de las Alianzas Públicas Privadas, proliferación de
universidades privadas con un afán mercantilista, eliminación de los derechos
laborales como el cambio del régimen laboral estable por el flexible
facilitando el despido masivo de trabajadores tanto en el sector público como
en el privado, etc, etc. Es decir, las siete plagas de Egipto se quedan cortas
porque son 25 años que estamos viviendo en medio de esta situación. Los ricos
se hacen más ricos y los pobres pasamos a extrema pobreza con gran facilidad.
¿Acaso Keiko
Fujimori o Pedro Pablo Kuczynski se han comprometido a revertir todo lo
descrito?¿Acaso uno de ellos se ha comprometido a cambiar esta Constitución apócrifa por una Constitución
Democrática y Popular que sea elaborada por los diferentes sectores de la población?.
Entonces, ¿Por
qué habremos de votar por uno de ellos si ambos van a seguir el mismo derrotero
que fija el FMI, el Banco Mundial y el Departamento de Estado de EE.UU.?
¿Acaso somos
masoquistas para seguir apostando por el llamado “mal menor”?. Recordemos que
Alberto Fujimori fue considerado “mal menor” frente a Vargas Llosa, ¿Y en que
se transformó?. Bien dice el dicho “ten cuidado de las aguas mansas…”.
Pero al margen
de todo eso, es importante adoptar una posición que no signifique pérdida de
identidad y alejamiento de los principios éticos, morales, sociales y políticos
que uno suscribe. Nunca más “el roba pero hace obras”, “es corrupto, pero es
más demócrata”.
Definitivamente,
se es honesto y consecuente o se es corruptible y vacilante, en una de ellas
hay que alinearnos. (CONTINUAREMOS)
26/04/2016
Felipe Torres Andrade
MI PALABRA
LIMA-PERU
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