LA DERECHA
“LIGHT” BATE PALMAS,
HUBO DOS MUERTOS
Y TODO SIGUE IGUAL
Se podría decir que siempre ha existido, al interior de la derecha
peruana, sectores en pugna por el control del estado pero con la intención de
administrar el sistema imperante para beneplácito del imperialismo
norteamericano, empresas transnacionales y empresas nacionales agrupadas,
principalmente, en la CONFIEP y otras similares. Pero lo que caracterizaba a
estos sectores es que sus representantes generalmente eran lo que se llamaba
“políticos profesionales”.
Ahora bien, lo que ha venido sucediendo en este siglo es la
participación directa de personas vinculadas al campo empresarial en temas
electorales; en especial, en el terreno legislativo. Varios de ellos son parte
de los que se conoce como “emprendedores emergentes”, cuya extracción de clase
es similar a la de cualquier trabajador asalariado pero con su status de
“mediano empresario” adoptan una posición de clase igual a los de la derecha, sumándose
a la llamada derecha “popular”.
Tanto la derecha light y la derecha popular se vieron fortalecidos desde
el punto de vista “legal” con la Constitución apócrifa de 1993. Las leyes que
se han venido dando al amparo de esa Carta Magna han establecido un estado de
derecho realmente injusto para los trabajadores y el pueblo en su conjunto, y
muy favorable para el gran capital y el empresariado.
La educación dejo de ser un derecho fundamental para convertirse en un
privilegio mercantilista, nos han convertido en una sociedad de consumidores y
no de productores, nuestras inmensas materias primas solo sirven para que las
transnacionales se enriquezcan cada vez más con su industrialización y nos dejen migajas como pago por su extracción..
Los gobiernos que se han venido sucediendo desde el inicio de este
milenio mostraban un lenguaje sugestivo para ganarse el respaldo de los
votantes, y casi todos proponían el retorno a la Constitución del 79 o reformas
del actual, sin embargo una vez en el gobierno siguieron implementando el
modelo económico neoliberal capitalista basado en la Constitución fujimorista.
Se notó el crecimiento del llamado comercio informal y ambulatorio con
mucha presencia en Lima y capitales de los más grandes departamentos del país.
Todo esto debido a la falta de desarrollo de la industria nacional y empleos estables
con mejores beneficios.
Con una Constitución, justo a su medida, la derecha peruana se ha venido
dando el lujo de manejar la política a su antojo puesto que, como dije, los
“emprendedores emergentes” se dieron cuenta que siendo congresistas se podían dar
leyes para su beneficio. Es entonces cuando se empieza a notar con mayor
claridad los problemas entre la derecha light, tradicional, y la derecha
popular emergente. Claro que esta pugna no es por estar en desacuerdo con el
modelo económico, sino en quien lo administra y saca mayor provecho de eso.
Y el tema de la corrupción ha sido el detonante para agudizar las
contradicciones al interior de la derecha. Aunque todos saben que este flagelo
siempre ha existido, lo que pasa es que
a la luz de los acontecimientos este se había generalizado de tal forma
que ninguna organización política de derecha y algunos que se reclaman de
izquierda, pero no lo son, habían sido
captados para asegurar los “negocios turbios” en el futuro.
Pero, como se puede advertir, los dueños del gran capital organizados en
sus “sindicatos” son los que tras bambalinas mueven sus fichas y cambian sus
“fusibles” quemados para seguir siendo los beneficiarios del sistema. Y hasta
este momento, la derecha “light” se viene ganando a pulso el derecho de
administrar el modelo económico neoliberal.
Cayó el “fusible” PPK, lo reemplazaron con Vizcarra, cayo el “fusible”
Vizcarra y lo reemplazaron por Merino, este no fue del agrado de toda la elite
y se convirtió en otro “fusible” quemado y ahora Sagasti ha tomado la posta con
el respaldo organizado del partido morado que, no de ahora sino, desde la
“aparición” de Julio Guzman son los preferidos de esa derecha vinculada a
instituciones financieras como el FMI, Banco Mundial y otras similares.
El gran trabajo de captación de la joven generación de universitarios,
“colaboradores” de las empresas y el respaldo de los dueños de los medios de
comunicación y periodistas conocidos como
“mermeleros”, ha creado un escenario con perspectiva de mantenerlo como
preferido de la derecha “light” para las elecciones del 11 de abril.
Aquellos que se integraron a las marchas contra la vacancia pero con una
agenda popular donde se incluía el pedido de Asamblea Constituyente y Nueva
Constitución, hoy ya saben que Sagasti ha asegurado “nada de nueva constitución”
mientras el este en la presidencia. Pues bien, eso refuerza la tesis de la
presencia de los morados, aun sin portar sus banderas, como los principales
convocantes a las marchas a través de las redes sociales y su estructura
orgánica partidaria, sumándose, claro está, otros contingentes de personas
motivadas por la prensa.
La complicidad de la izquierda para que una vez más se consolide la
derecha en el gobierno aplacando sus contradicciones internas, nos muestra por
enésima vez la incapacidad de vertebrar el FRENTE Político de Masas que el
pueblo necesita para alcanzar un cambio de modelo político, económico y social. Finalmente,
que no quepa duda, si la juventud popular no se organiza de manera amplia y
unitaria, lamentablemente la llamada “Generación del Bicentenario” será,
realmente, una generación que se equivocó y la muerte de esos dos jóvenes habrá
resultado en vano..
22 / 11 / 2020
MI PALABRA
http://laluchadeclasessigue.blogspot.com
Felipe Torres Andrade
Lima, Perú