lunes, 23 de noviembre de 2020

SAGASTI PRESIDENTE:

 LA DERECHA “LIGHT” BATE PALMAS,

HUBO DOS MUERTOS Y TODO SIGUE IGUAL

 

Se podría decir que siempre ha existido, al interior de la derecha peruana, sectores en pugna por el control del estado pero con la intención de administrar el sistema imperante para beneplácito del imperialismo norteamericano, empresas transnacionales y empresas nacionales agrupadas, principalmente, en la CONFIEP y otras similares. Pero lo que caracterizaba a estos sectores es que sus representantes generalmente eran lo que se llamaba “políticos profesionales”.

Ahora bien, lo que ha venido sucediendo en este siglo es la participación directa de personas vinculadas al campo empresarial en temas electorales; en especial, en el terreno legislativo. Varios de ellos son parte de los que se conoce como “emprendedores emergentes”, cuya extracción de clase es similar a la de cualquier trabajador asalariado pero con su status de “mediano empresario” adoptan una posición de clase igual a los de la derecha, sumándose a la llamada derecha “popular”.

Tanto la derecha light y la derecha popular se vieron fortalecidos desde el punto de vista “legal” con la Constitución apócrifa de 1993. Las leyes que se han venido dando al amparo de esa Carta Magna han establecido un estado de derecho realmente injusto para los trabajadores y el pueblo en su conjunto, y muy favorable para el gran capital y el empresariado.

La educación dejo de ser un derecho fundamental para convertirse en un privilegio mercantilista, nos han convertido en una sociedad de consumidores y no de productores, nuestras inmensas materias primas solo sirven para que las transnacionales se enriquezcan cada vez más con su industrialización  y nos dejen  migajas como pago por su extracción..

Los gobiernos que se han venido sucediendo desde el inicio de este milenio mostraban un lenguaje sugestivo para ganarse el respaldo de los votantes, y casi todos proponían el retorno a la Constitución del 79 o reformas del actual, sin embargo una vez en el gobierno siguieron implementando el modelo económico neoliberal capitalista basado en la Constitución fujimorista.

Se notó el crecimiento del llamado comercio informal y ambulatorio con mucha presencia en Lima y capitales de los más grandes departamentos del país. Todo esto debido a la falta de desarrollo de la industria nacional y empleos estables con mejores beneficios.

Con una Constitución, justo a su medida, la derecha peruana se ha venido dando el lujo de manejar la política a su antojo puesto que, como dije, los “emprendedores emergentes” se dieron cuenta que siendo congresistas se podían dar leyes para su beneficio. Es entonces cuando se empieza a notar con mayor claridad los problemas entre la derecha light, tradicional, y la derecha popular emergente. Claro que esta pugna no es por estar en desacuerdo con el modelo económico, sino en quien lo administra y saca mayor provecho de eso.       

Y el tema de la corrupción ha sido el detonante para agudizar las contradicciones al interior de la derecha. Aunque todos saben que este flagelo siempre ha existido, lo que pasa es que   a la luz de los acontecimientos este se había generalizado de tal forma que ninguna organización política de derecha y algunos que se reclaman de izquierda, pero no lo son,  habían sido captados para asegurar los “negocios turbios” en el futuro.

Pero, como se puede advertir, los dueños del gran capital organizados en sus “sindicatos” son los que tras bambalinas mueven sus fichas y cambian sus “fusibles” quemados para seguir siendo los beneficiarios del sistema. Y hasta este momento, la derecha “light” se viene ganando a pulso el derecho de administrar el modelo económico neoliberal.

Cayó el “fusible” PPK, lo reemplazaron con Vizcarra, cayo el “fusible” Vizcarra y lo reemplazaron por Merino, este no fue del agrado de toda la elite y se convirtió en otro “fusible” quemado y ahora Sagasti ha tomado la posta con el respaldo organizado del partido morado que, no de ahora sino, desde la “aparición” de Julio Guzman son los preferidos de esa derecha vinculada a instituciones financieras como el FMI, Banco Mundial y otras similares.   

El gran trabajo de captación de la joven generación de universitarios, “colaboradores” de las empresas y el respaldo de los dueños de los medios de comunicación y periodistas conocidos como  “mermeleros”, ha creado un escenario con perspectiva de mantenerlo como preferido de la derecha “light” para las elecciones del 11 de abril.

Aquellos que se integraron a las marchas contra la vacancia pero con una agenda popular donde se incluía el pedido de Asamblea Constituyente y Nueva Constitución, hoy ya saben que Sagasti ha asegurado “nada de nueva constitución” mientras el este en la presidencia. Pues bien, eso refuerza la tesis de la presencia de los morados, aun sin portar sus banderas, como los principales convocantes a las marchas a través de las redes sociales y su estructura orgánica partidaria, sumándose, claro está, otros contingentes de personas motivadas por la prensa.

La complicidad de la izquierda para que una vez más se consolide la derecha en el gobierno aplacando sus contradicciones internas, nos muestra por enésima vez la incapacidad de vertebrar el FRENTE Político de Masas que el pueblo necesita para alcanzar un cambio de modelo político, económico y social.                                                                                                                            Finalmente, que no quepa duda, si la juventud popular no se organiza de manera amplia y unitaria, lamentablemente la llamada “Generación del Bicentenario” será, realmente, una generación que se equivocó y la muerte de esos dos jóvenes habrá resultado en vano..

22 / 11 / 2020

  MI PALABRA
http://laluchadeclasessigue.blogspot.com
Felipe Torres Andrade

Lima, Perú

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