sábado, 25 de junio de 2016

ELECCIONES 2016 (IV PARTE)


EL  EPÍLOGO PREVISTO.
En nuestro primer comentario que hicimos sobre las elecciones 2016 ya decíamos que la derecha presentaba varias fichas de recambio y que cada una de ellas tenía algunas características particulares que hacían que, para los electores, aparecieran como si fueran contradicciones de fondo, cuando en realidad el cordón que los unía era ser partidarios del modelo económico neoliberal capitalista.

También dijimos que no se podía negar la existencia de intereses sectoriales entre los pro capitalistas, pero basado en cómo servirse y servir mejor al capital financiero internacional (FMI, BM, etc).
Y desde ya se preveía que PPK era el preferido de la derecha tradicional vinculada directamente al imperio del norte, porque entendíamos que los demás candidatos pro neoliberales como García, Toledo, Keiko, Acuña y otros, no llenaban las expectativas del empresariado organizado en la CONFIEP, SIN, ADEX, etc.  por antecedentes hartamente conocidos.
Es cierto también que el factor Fujimori puso en riesgo lo previsto por la derecha tradicional puesto que la derecha emergente de la década de los 90 se envalentonó al tener a Keiko siempre adelante en las encuestas, ratificada con su poso a la segunda vuelta con 40% de votos válidos. No fue extraño, por eso, la campaña desarrollada por casi la totalidad de los medios de comunicación y el propio gobierno a favor de PPK y en contra de Verónika Mendoza y el Frente Amplio, un ejemplo claro fue lo de la emboscada en el VRAEM justo un día antes del 10 de abril.

Lo que si debe quedar bien claro es que la derecha tradicional en su conjunto, si bien es cierto que no prefería a Keiko, si ganaba también lo hubiera aceptado por que tienen que reconocer que con el gobierno de Alberto Fujimori fortalecieron económicamente y, con la Constitución de 1993, puso las bases para que los gobiernos siguientes continuaran con el modelo económico neoliberal capitalista.
En realidad, luego del 10 de abril ya el suelo estaba casi parejo, sólo quedaba convencer a los que no votaron por Keiko en la primera vuelta para que lo hicieran por PPK. Como no había contradicciones de modelo económico en pugna, la “contradicción” entre estos dos candidatos se trasladó al terreno de “quien tenía menos rabo de paja”, el entorno familiar de ambos y el recuerdo de la década oprobiosa del gobierno fumorista.

Así que empezó a hablarse “del mal menor”, “el voto crítico” y otros términos para sumar votos al delfín de la derecha tradicional.
El 5 de junio, luego del flash electoral, se supo que lo previsto por la derecha tradicional se cumplió. Pedro Pablo Kuczynski (PPK) había sido elegido Presidente por un escaso margen de votos a favor; por lo tanto, el modelo imperante seguirá firme.
Aquellos que han firmado compromisos con PPK  no han aclarado que tiempo de gracia le dan para que los cumpla, aunque nada de lo firmado le hará cosquillas al modelo, son calmantes coyunturales, incluso muy leves.
Pues bien, frente a algunos comentaristas y analistas que manifiestan que este proceso electoral 2016 ha servido para indicar que la población está de acuerdo con el modelo económico neoliberal capitalista, tenemos que manifestar que eso no es cierto. Han existido diversos factores para que la final sea entre dos candidatos pro neoliberales, sostenida por una campaña de desinformación política y más bien enfocada al tema de comportamiento personal. Los futuros acontecimientos nos darán la razón.
20 / 06 / 2016
Felipe Torres Andrade.
MI PALABRA
LIMA-PERU


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