DEL 2023 AL 2024
UN AÑO DE LA OPORTUNIDAD PERDIDA Y
DEL GOLPE MILITAR-LEGISLATIVO-JUDICIAL.
¿QUE HACER?
INTRODUCCION
En un
proceso de lucha, para tomar las decisiones justas y correctas, siempre es
importante realizar la evaluación de lo que acontece en el transcurso de la
misma; siendo más necesario luego de algunos acontecimientos coyunturales que marcan hitos que, sin lugar a dudas,
puedan haber significado un hecho histórico.
Y en un
escenario como el nuestro donde la mayoría
de la gente no es muy afecta a al análisis, investigación o participación consciente
en temas políticos, es muy importante que los dirigentes y activistas de las
organizaciones vinculadas al pueblo oprimido y explotado propicien acciones que
sirvan para elevar el nivel político de la población para que no sean fácil presa del asistencialismo, la
demagogia o el culto a una persona.
Por lo
tanto, al momento de realizar las evaluaciones de lo actuado, estas deben hacerse
de la manera más objetiva incluyendo, si fuese necesario, críticas y
autocriticas.
En esta primera entrega, para luego continuar con otras, nos referimos casi concretamente a lo acontecido el 7 de diciembre del 2022 algo que, lógicamente, compromete la participación de todo un conglomerado de grupos humanos que serán motivo de los siguientes comentarios.
LA OPORTUNIDAD PERDIDA
En un
comentario que publique el 12 de diciembre del 2022 hice esta pregunta: “¿Otra
oportunidad perdida?” en la que afirmaba que “Estamos viviendo un momento de
definiciones y no debemos perder el tren de la historia”. Y luego de un fundamentado análisis, con
respecto a lo vivido durante los meses de gobierno de Pedro Castillo y lo que
acontecía en esos momentos con los pueblos del Perú profundo movilizados en las
calles, en la parte final de dicho escrito añadía lo siguiente: “… Frente a eso reiteramos
que la única solución para evitar mayores enfrentamientos es declarar la
libertad de Pedro Castillo, restituirlo en su cargo de Presidente del Perú
legalmente elegido y convocar inmediatamente a la Asamblea Popular
Constituyente para elaborar una Nueva Constitución.
Porque, definitivamente, no se puede confiar en nuevas elecciones
teniendo como regla de juego la espuria constitución de 1993”.
Como se puede advertir fuimos de los primeros que con firmeza decíamos que el objetivo principal de la lucha del pueblo debería ser por la LIBERTAD de Pedro Castillo y su RESTITUCION en sus funciones de Presidente del Perú, y que otros planteamientos solo buscaban debilitar esta lucha y favorecer los planes de la derecha golpista. Lamentablemente la carencia de una organización política que respaldara a Pedro Castillo, la debilidad orgánica de los sectores denominados “auto convocados” afines al Presidente y el no poder centralizar las luchas de estos y otros colectivos de manera oportuna bajo la bandera de la Libertad y Restitución presidencial, fue debilitando la lucha. Sumándose a lo anterior el comportamiento vacilante de los llamados partidos de izquierda que, incluso, ya habían sido reacios en respaldar al gobierno de Castillo frente al acoso de la derecha, actuando en la práctica como “bomberos” durante las luchas de los pueblos del Perú profundo; haciendo que su agenda de “que se vayan todos”(¿?) y “adelanto o nuevas elecciones” generara confusión contribuyendo a debilitar la lucha por el objetivo JUSTO y CORRECTO que significaba la Libertad y Restitución de Pedro Castillo.
Ahora
bien, si repasamos la proclama leída por el Presidente Pedro Castillo el 7 de
diciembre del año pasado, a la luz de los hechos ocurridos desde aquel día
hasta hoy, podemos admitir que en esa fecha se perdió la oportunidad se lograr,
no cualquier cambio sino, el cambio que el pueblo oprimido y explotado estaba
esperando. Es decir, lo que en plazas y calles de todo el Perú era una consigna
constante: cierre del congreso, remoción de autoridades de instituciones del estado vinculados a los
grupos de poder económico, propuesta de Nueva Constitución y otras medidas que
fueron parte de la campaña electoral y que no se pudo implementar por la presencia
de topos de la derecha en el entorno presidencial complementada por la labor
obstruccionista del Congreso de la república.
Esta
oportunidad perdida se suma a otras que se presentaron, tanto en el siglo
pasado como en el actual, y aunque el pueblo también se movilizaba de manera
espontánea generalmente, todo se
“diluía” después de algunos días de convulsión social. Y es que, al igual que
ahora, la ausencia de una organización política que realmente represente los intereses
del pueblo oprimido y explotado ha sido el denominador común. Pero esta ultima
oportunidad perdida ha sido muy diferente a las demás, porque en el gobierno
estaba un presidente elegido por los sectores interesados en generar cambio
social, un presidente que provenía de la clase trabajadora, un Presidente que
se negó a firmar la “hoja de ruta” de la clase dominante convirtiéndose en un
obstáculo para seguir implementando el modelo económico neoliberal capitalista
con total libertad, como si lo estamos
viendo desde ese aciago 7 de diciembre del 2022.
¿Hay
responsables del por qué no se convirtió esta gran oportunidad en una gran
posibilidad de cambio?, claro que los hay. Ya en otros comentarios hemos
escrito al respecto aunque no en forma detallada, eso lo haremos en un
comentario exclusivamente sobre ese tema, mientras tanto los invito a realizar
un ejercicio de retrospectiva de todo lo acontecido desde meses previos al 28 de julio del 2021.
Lamentablemente para muchos que tenemos más de siete décadas de existencia esta oportunidad perdida, que tuvo el pueblo para escribir una nueva historia, seguramente significara la mayor frustración, en especial para quienes hemos sido permanentes actores en la lucha de masas en el terreno sindical y político. Sin embargo, como todo luchador social consecuente seguiremos en la brega pero exhortando a las personas que tienen algún rol de liderazgo en las organizaciones que se reclaman de izquierda o del campo popular a actuar con ética, moral y consecuencia emulando la acción de nuestros hermanos del Perú profundo durante los primeros meses del año 2023. Estamos seguros que ellos esperaban, seguramente, un mejor comportamiento de la llamada “clase media”. No dejemos pasar otra oportunidad de cambio social.
GOLPE
MILITAR-LEGISLATIVO-JUDICIAL
Hoy ha
quedado demostrado lo acertado de nuestra apreciación con respecto a la
caracterización del golpe contra Pedro Castillo. Dijimos que fue un golpe
militar-legislativo-judicial. Militar por la participación de las FF.AA y PNP
como instituciones “respaldando” al congreso, Legislativo porque violando su
propio reglamento los congresistas de todas las bancadas votaron por la vacancia del Presidente y Jurídico
porque la Fiscal de la Nación, sin que
le corresponda, procedió a dictar de manera inmediata prisión preventiva para
el Presidente Pedro Castillo.
Ha
pasado más de un año desde entonces y en el transcurso de los meses se fue
notando como, los diferentes sectores de la derecha que se unen cuando se trata
de defender el modelo económico
neoliberal capitalista cuando sus patrones consideran que está en peligro, hacían
notoria sus contradicciones secundarias al tratar de “mejorar” o aumentar cada sector sus cuotas de poder.
Estas
pugnas, al interior de la derecha, nos fueron mostrando lo que era un secreto a voces, suposiciones y
posibilidades. Es decir que el golpe contra Castillo ya estaba decidido que
sería el 7 de diciembre del 2022, La tercera moción de vacancia ya tenía los
votos suficientes debido a la “compra” efectuada por sus promotores. El
“debate” simplemente iba ser un show. Es decir querían mostrar que respetaban
“el debido proceso” para legalizar la vacancia y evitar el rechazo del pueblo.
Y ya no hay duda que muchos congresistas que se reclamaban “del pueblo” habían
comprometido sus votos para traicionar sus principios.
Como se
puede advertir esa derecha corrupta que hoy se “enfrentan” entre ellos llego
unida al 7 de diciembre, incluso reforzada por los congresistas “del pueblo” y
de otras bancadas, ya estaban dispuestos a ejecutar cualquier cosa con la
finalidad de hacer realidad la vacancia. Sin embargo, no esperaban que el
Presidente Pedro Castillo lanzara su Proclama a todo el pueblo, la que
definitivamente altero un poco los planes de los golpistas la que, justamente,
les hizo cometer una flagrante violación de sus propia Constitución y
Reglamento congresal. Pero, como todo lo tenían planificado, simplemente lo
pusieron en marcha con los resultados ya conocidos.
Hay que
tener en cuenta que este triunvirato a venido actuando de manera institucional,
siguiendo las directivas de los grupos de poder económico, transnacional y
nacional, por esa razón no nos debe llamar a sorpresa los súbitos cambios en
las cúpulas, por ejemplo de las FF.AA o pugnas entre fiscalía y JNJ, porque el
Congreso en su condición de operador político es el que monitorea las acciones
programadas para mantener el dominio de estos grupos poderosos. Este panorama
se complementa con la presencia del ejecutivo para, como títere de los
golpistas, darle un rostro “democrático” a todas las acciones antidemocráticas
en las que han venido incurriendo durante todo el año 2023.
Pero
tampoco podemos ignorar que entre el 90% de la población que rechaza al
congreso, al ejecutivo y poder judicial, podrían existir personas vinculadas a
estas instituciones y que de manera valiente dan a conocer ciertas
informaciones que sirven para aclarar hechos y sucesos que han sumido a nuestro
país en un estado de corrupción e impunidad. Lamentablemente la presión y el
temor a perder sus empleos hacen que sus
autores no se visibilicen que la veracidad de las denuncias se ponga en duda y
entonces la gran prensa no les la cobertura necesaria.
Lo que
si tenemos que lamentar muy profundamente es que la gran mayoría de la
población, incluidos dirigentes y activistas del campo popular, no han llegado
a caracterizar correctamente al actual gobierno, inclusive aun consideran que
vivimos en democracia. Esto ha hecho que luego de las jornadas de lucha de los
primeros meses del año 2023, estas entraran en reflujo y con el transcurrir de
los meses prácticamente se podría decir que “la vida sigue igual”.
Sin duda alguna que el golpe militar-Legislativo-Judicial “goza de buena salud” mientras que el pueblo oprimido y explotado seguimos sufriendo injusticia, desigualdades, alza de los precios de los alimentos de primera necesidad, carencia de buena atención médica, alza de los servicios públicos como luz, agua, gas, etc.
¿QUE
HACER?
Definitivamente
esa es una pregunta que siempre nos hemos hacho cada vez que sucedía un
acontecimiento y el resultado era similar al que hemos vivido luego de las
jornadas de lucha de diciembre 2022 y enero, febrero y marzo del 2023.
Lamentablemente
nunca hubo una respuesta que pudiera servir para afrontar situaciones similares
posteriores. Y es que tampoco hubo la seriedad necesaria, por parte de los
partidos políticos que se irrogan la representación del pueblo, como para
confiar en que las luchas populares
podrían tener mejores resultados.
Si bien
es cierto que después de marzo del 2023 se llegó a conformar el CNUL, con la
participación de organizaciones cuyo poder de convocatoria siempre ha sido muy
limitado, este organismo no alcanzo a definir con claridad el objetivo
principal de la coyuntura política, lo que debilito aún más su
representatividad entre los diferentes sectores del pueblo en lucha. Siendo,
sin lugar a dudas, el tema del “adelanto de elecciones” una muy infeliz
propuesta de algunos sectores al interior del movimiento popular que en su
mayoría plantaban la “defensa del voto popular” y el respeto a Pedro Castillo
como Presidente elegido hasta el 2026.
Algunas
voces han pretendido minimizar la lucha por la Libertad y Restitución de Pedro Castillo diciendo que
las luchas del pueblo no son de ahora sino de doscientos años atrás. Sin negar
esa afirmación hay que entender que existen coyunturas que son parte de ese
proceso y que tienen que enfrentarse como tal buscando el mejor resultado. Y lo
dijimos oportunamente, el 6 de junio del 2021 se había logrado reivindicar el
derecho de los oprimidos y explotados a tener un Presidente que los represente,
y esa fue la elección de Pedro Castillo, por lo tanto la lucha política en este
periodo era oponerse a los afanes de la derecha de “vacarlo” y, si fuera
posible, sentar las bases para ir forjando el tantas veces promocionado “poder
popular” desde las bases.
Esa
situación concreta no ha querido ser entendida por algunos dirigentes de
izquierda que, en lugar de mantenerse firmes en respaldo de las luchas de los
pueblos del Perú profundo, trataron de introducir su agenda partidaria en este
proceso coyuntural. Hay que reconocer que, mientras unos si entendieron que
hacer en este momento otros simplemente mostraron su faz oportunista.
Reiteramos,
para quienes tenemos más de siete décadas de vida podríamos decir que el 2023
ha sido un año frustrante en el tema político. Y es que nos llama mucho la
atención el hecho que en las encuestas el 90% rechaza al ejecutivo y al
congreso, sin embargo cuando se convoca a mostrar ese rechazo en las calles
simplemente la gran mayoría no participa. Aparentemente la gente se queja pero
acepta todo lo negativo de quienes rechaza. Habría que averiguar y saber por
qué esa incongruencia de comportamiento.
Entonces
¿Qué hacer?, esa pregunta que se repite cada vez que se presentan
acontecimientos coyunturales, hoy cobra mayor relevancia porque la crisis en
las alturas del poder es muy visible y prolongada; sin embargo debido a que el
movimiento popular está completamente disperso, donde cada sector prioriza su
agenda particular, la derecha aún mantiene el control del estado. Donde, a
diferencia de lo que sucede al interior del movimiento popular, los operadores
políticos de la derecha como los congresistas, los jueces y fiscales pese a sus
contradicciones y “enfrentamientos” siguen administrando el modelo económico
neoliberal capitalista para beneplácito de los grupos de poder.
Y, como
se puede advertir, nuevamente el tema electoral empieza a dominar el escenario
político, incluso arrastrando a sectores que participaron de las jornadas de
lucha de los pueblos del Perú profundo dejando de lado la lucha directa de
masas en lo político para ubicarse solo en las reivindicaciones sociales.
Lamentablemente es muy difícil encontrar a las personas adecuadas que con ética
y moral liberadora puedan representar el sentir de los oprimidos y explotados.
Vemos como la ilusión de tener el partido propio puede generar contradicciones
antagónicas que dificultan la forja de ese Gran Frente Político de Masas que el
pueblo necesita. Para muchos que alardeaban “el servir al pueblo de todo
corazón” se ha comprobado que la comodidad de una curul los hace adecuarse al sistema imperante.
Entonces,
lo primero que tendrían que hacer los que se consideran “lideres” naturales es
demostrar que lo son de verdad, y eso pasa por mostrar su hoja de vida que no
tenga un comportamiento sinuoso. Igualmente emprender toda una serie de
acciones para que la poca o nula capacidad de análisis político de la mayoría
de toda esa población dedicada al comercio ambulatorio y esa gran legión de
desocupados “apolíticos” ya no sigan favoreciendo a los que quieren mantener el
statu quo en nuestro querido Perú.
Por lo menos
esas tareas concretas pueden servir para que los sectores lucidos del pueblo
oprimido y explotado no nos sintamos frustrados por una nueva oportunidad
perdida.
23 / 03 / 2024
MI PALABRA
Felipe Torres Andrade.
Comentarista Político
Alternativo
Lima – Perú.