jueves, 22 de junio de 2023

PARTIDOS Y SINDICATO EN LAS LUCHAS DEL PERU PROFUNDO-

 EL COMPORTAMIENTO MARGINAL  DE LOS PARTIDOS DE IZQUIERDA Y LOS SINDICATOS CLASISTAS

EN LA LUCHA DE LOS PUEBLOS DEL PERU PROFUNDO.

 INTRODUCCION

 A casi siete meses de lo que personalmente he considerado “un golpe militar, legislativo y judicial” contra el Presidente Pedro Castillo, no se ha hecho una verdadera evaluación del por qué una lucha heroica, quizás la de más resonancia inclusive a nivel internacional en el presente siglo, no ha tenido un resultado que pueda reivindicar a los más de 70 asesinados por quienes hoy se irrogan ser gobierno de manera ilegal e ilegítima.

Asumo, así mismo,  que el presente comentario no es una evaluación integral de lo acontecido en diciembre pasado y primeros meses del presente año. Me he circunscrito a comentar acerca de cómo se vio el comportamiento de los partidos considerados de izquierda, en términos generales, y de los sindicatos y/o centrales sindicales de clara posición de centro izquierda, teniendo en cuenta que entre sus pedidos públicos mencionaban  la necesidad de una Asamblea Constituyente y también el cierre del congreso.

Nuestras vivencias desde el siglo pasado hasta hoy nos muestran la repetición de una serie de vicios, desatinos y malas decisiones al interior del movimiento popular. Con respecto a eso nosotros decimos, vacilaciones, oportunismo, aprovechamiento partidario y otras acciones indeseables se pueden esperar de gente de derecha o falsa izquierda, pero no de aquellos que pregonan su identificación principista con los cambios sociales. Se podría decir que los grupos de poder no escatiman nada para colocar sus “topos” en el pueblo oprimido y explotado. 

Ojala que las próximas jornadas de lucha que se anuncian pueda tener un mejor desarrollo y que se puedan superar las deficiencias que se presentaron durante los meses pasados. Que la más amplia unidad y compromiso con la Plataforma de lucha  que se levante llegue a obtener mejores resultados.

 LOS PARTIDOS DE IZQUIERDA

 Definitivamente, en esta oportunidad, la lucha de los pueblos del Perú profundo ha desnuda la debilidad, no solo ideológica, de los partidos de izquierda y de aquellos que se reclamaban del campo popular sino también su falencia orgánica y carencia de cuadros y activistas que puedan integrarse a la lucha y ser parte pensante del mismo pero, respetando la decisión de la mayoría de los involucrados en las luchas. Inclusive, hasta se podría decir que se ha comprobado que no existe ninguna organización que se considera de izquierda y que pueda convertirse en interlocutor político ante los sectores de la derecha que, como lo vemos, a pesar de representar intereses particulares cada uno hacen un frente común cuando se trata de defender el modelo económico vigente y su soporte legal, la Constitución fujimorista de 1993.

Asimismo, en estos partidos que se consideran de izquierda y tratan de “demostrar” que existen, lo que se ha podido advertir es  un comportamiento incoherente con respecto a lo sucedido el pasado 7 de diciembre. La lectura partidarizada de los hechos quizás fue el motivo para que estas organizaciones no se pronunciaran oportunamente con énfasis y decisión en respaldar el inicio de las luchas de los pueblos del sur, puesto que recién cuando sucedieron los asesinatos adoptaron otro comportamiento.

Decimos incoherente o contradictorio porque, como anotamos al comienzo, si los partidos de izquierda y sectores laborales planteaban en comunicados públicos pugnar por la convocatoria a una  Asamblea Constituyente, por Nueva Constitución e incluso por el cierre del congreso, y cuando el 7 de diciembre Pedro Castillo lee su mensaje para dar cumplimiento a esos pedidos, su participación en las calles era necesario para respaldar esa decisión, pero simplemente no lo hicieron. Su reacción fue tardía y cuando lo hicieron en ciertas oportunidades dieron prioridad a su agenda propia de “adelanto de elecciones”.

Lo más preocupante con respecto a los partidos de izquierda es que, teniendo en cuenta que la lucha de los pueblos del Perú profundo era eminentemente política con temas que representaban el sentir de los oprimidos y explotados del Perú, no llegaron o no quisieron entender que era de suma importancia enfocarse en un objetivo principal, de la cual se podían derivar otros pedidos; y el objetivo principal en ese momento, y que aún se mantiene, era conseguir  la LIBERTAD de Pedro Castillo y su RESTITUCION en sus funciones de Presidente de la Republica.  Un objetivo político coyuntural respaldado por cuestiones de tipo legal. Sin embargo dichos partidos, casi en su totalidad, descartaron lo justo y correcto y se “ilusionaron” con su agenda propia, el adelanto de elecciones. Se  olvidaron lo que siempre se debe tener presente: “en la lucha de clases no hay espacio para ilusiones”.

Pienso que estos comportamientos se podrían explicar considerando el hecho que algunos ideólogos e intelectuales del campo popular no han tomado en cuenta, según parece, que las condiciones objetivas para un cambio social, no se programan sino, se presentan a veces en el momento menos esperado; algo que, si nosotros revisamos acontecimientos políticos anteriores, podremos advertir que en el presente siglo hemos tenido varios  momentos en que dichas condiciones objetivas eran muy notorias, algunas de ellas fueron motivo de comentarios que hice en su oportunidad.

Este episodio de lucha popular, antecedida por la llegada de Pedro Castillo, un maestro rural, a la Presidencia de la Republica, tenía que haber sido el motivo para la forja de un gran Frente Político de masas amplio y unitario, donde tanto los partidos de izquierda y demás conglomerados  sociales pudieran convertirse en el referente político que, desde las bases. Irían trabajando ese poder popular, muy mencionado permanentemente pero no implementado. Estamos seguros que, de haber existido un tejido político-social amplio y unitario que vincule a las 25 regiones, seguramente los acontecimientos hubieran sido muy diferentes.

Hoy mismo podemos comprobar que, lejos de realizar una evaluación seria y honesta de su participación en la lucha de los pueblos del Perú Profundo, los partidos que se consideran de izquierda siguen con sus planes de pedir adelanto de elecciones. Claro que tienen todo el derecho a tener sus propios planes, pero lo que es motivo de críticas por parte de muchos luchadores sociales es que intereses partidarios lo anteponen a los intereses de la mayoría del pueblo, sabiendo que el objetivo del momento es otro. Podríamos decir, sin temor a equivocarnos, que la realidad que atraviesan todos estos partidos es su poca capacidad de interpretar el mensaje de nuestro Amauta Jose Carlos Mariategui, “Sin calco ni copia, sino creación heroica”, pese a que muchos no se cansan de repetirlo.

Bueno, no hay mucho más que agregar sobre este comportamiento marginal, Y es que tanto los partidos antiguos y los nuevos arrastran como un estigma la tendencia a considerarse los “predestinados” a hegemonizar cualquier acción que se presente y si no lo consiguen simplemente se repliegan. Eso es muy preocupante porque significa que sus líderes, de manera consciente o inconsciente, no quieren o no desean hacer realidad la consigna “el pueblo unido, jamás será vencido” y trabajan por mantener la división al interior del movimiento popular. No debemos olvidar que la mayor cantidad de población en el Perú son, políticamente, muy limitados en sus análisis y son más proclives a dejarse “orientar” por los medios de comunicación al servicio del gran capital. Existe un gran trabajo por realizar para concientizar a esa población y hacer que formen parte de las acciones de lucha por el cambio social y político que necesita nuestra patria. Pero el mantener esa práctica divisionista por cada uno de estos pequeños partidos hace que la gran mayoría del pueblo oprimido y explotado siga en un callejón sin salida pese a los muchos mártires con que cuentan.

¿Qué esperan estos partidos de izquierda y del movimiento popular para actuar con seriedad y en beneficio, realmente, del pueblo?                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                LOS SINDICATOS CLASISTAS

En el Perú existen cuatro centrales sindicales, dos de ellas con una clara orientación política de centro derecha y las otras dos de tendencia centro izquierda.

También es bueno tener presente que, lamentablemente, la cantidad de trabajadores sindicalizados no supera los 200 mil  de un total de 17 millones de la PEA. En el sector público, por ejemplo, solo el 16% del total de trabajadores pertenecen a un sindicato, en su mayoría a salud, educación y poder judicial, los demás ministerios y entidades públicas casi no cuentan con ello. Es así que actualmente las empresas y otras entidades los han bautizado como “colaboradores”.

La característica de los sindicatos, y en especial de las confederaciones, es que cuando tienen que definir algún comportamiento vinculado al quehacer político nacional lo hacen bajo la influencia de algún partido político al que pertenecen o sienten afinidad sus dirigentes.

Es decir, pese a que las organizaciones sindicales manifiestan no identificarse con algún partido político, en la práctica si sucede por la influencia y decisión de los dirigentes. Esto se ha visto a lo largo de los años. Lo que significa que frente a una determinada situación, la mayoría de sindicatos adopta una posición de acuerdo a los planteamientos del partido al que pertenecen sus dirigentes. Es decir, generalmente, lo que se acuerda en un partido prácticamente se replica en un algún sindicato o confederaciones. En muchos casos, estas “correas de transmisión” son muy evidentes.

Por eso, para quienes advertimos esta realidad, no nos extrañó que durante las jornadas de lucha de los pueblos del Perú profundo, las organizaciones sindicales como tal no mantuvieron un comportamiento activo permanente como si lo hacían los pueblos del sur del país.

Ahora bien, en forma similar a los partidos, hasta antes del 7 de diciembre del 2022, de manera pública y visible eran las centrales sindicales de centro izquierda las que en cada comunicado o pronunciamiento a la opinión pública se manifestaban por la convocatoria a una Asamblea Constituyente  para una Nueva Constitución, mostrando su rechazo a la Constitución fujimorista de 1993. Incluso muchos llegaron a criticar a Pedro Castillo por no hacer realidad dicho  compromiso electoral apenas asumido el gobierno,

Y si bien es cierto que en las regiones como Arequipa, Junín Lambayeque los sindicatos mostraban una participación visible, estas no fueron permanentes y duraderas, y cuando lo hicieron incluían prioritariamente su agenda propia, “adelanto de elecciones”.

Pero, el momento en que realmente se demostró la poca decisión e integración a la lucha fue cuando para los primeros días de marzo convocaron a “huelga indefinida”. Lamentablemente no duro ni 24 horas, ¿Qué paso?¿por qué sucedió esto?.

Definitivamente la clase obrera, también llamada “clase dirigente” o “fuerza motriz”, como tal, estuvo ausente en las permanentes jornadas de lucha de los pueblos del Perú profundo.

En estas circunstancias hemos podido advertir una gran diferencia entre el movimiento popular rural y el movimiento popular urbano, incluso un “divorcio” que será motivo de otro comentario.

Ahora bien, se ha manifestado por parte de los sectores de la macro región sur una nueva jornada de lucha para el próximo 19 de julio. Con las  experiencias vividas desde el pasado 7 de diciembre esperamos que la plataforma de lucha tenga como objetivo central el tema político de la libertad de Pedro Castillo y su restitución en sus funciones de Presidente del Perú, como también sanción para los responsables de los más de 70 asesinatos, comenzando con la “presidenta” títere, su “premier” y continuando con todos aquellos que avalaron dichas muertes..

Recordemos, los que hoy se irrogan ser gobierno son ilegítimos e ilegales, por lo tanto es urgente recuperar el gobierno para el Presidente Pedro Castillo que fue elegido por la mayoría de los votantes y enseguida exigir, ahí sí, el cierre del congreso, la convocatoria a la Asamblea Popular Constituyente y las reivindicaciones económicas y sociales de los trabajadores y el pueblo en su conjunto.

Habrá que ver cuál es el comportamiento de los partidos que se consideran de izquierda y de los sindicatos clasistas de ahora en adelante.

21 / 06 / 2023

MI PALABRA

Felipe Torres Andrade.

Lima – Peru.

 

 

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